jueves, 8 de enero de 2009

Abriendo boca

La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela.

2 comentarios:

Begonya Mezquita dijo...

Una bona manera de començar l'any és amb aquests aires perfumats de saboroses espècies. M'encanta aquest nou blog, a foc lent, apetitós, suggerent, digestiu, carminatiu, poètic. Gràcies, companya!

mábel villaescusa dijo...

Gràcies a tu. Ja saps que estàs en la teua casa i en la teua cuina.
Bon profit!!